El Mindfulness o Atención plena, es una práctica que nos invita a estar presente en el momento actual, el aquí y ahora, sin juzgar ni anticipar. Para quienes comienzan a practicar, es una puerta hacia una vida mas consciente y equilibrada. Aquí te presento algunos aspectos claves:

¿De dónde proviene el Mindfulness?

El Mindfulness surge en el contexto del Budismo.

El Budismo es una religión, pero también es un camino de transformación espiritual cuyo objetivo es desarrollar todo el potencial de sabiduría, compasión y felicidad.

La palabra Mindfulness es la traducción de la palabra Sati, en idioma Pali, que alude a poner atención y focalizar la mente en un objeto en particular. El Mindfulness entonces, se hereda de esta sabiduría.

A fines del siglo XIX y principios del XX, maestros budistas como Thich Nhat Hanh, llevan el mindfulness al mundo occidental.

En la década de 1970, El doctor Jon Kabat-Zinn, funda la Terapia de Reducción de estrés Basada en Mindfulness ( MBSR) en la Universidad de Massachusetts. Esta es una adaptación secular del mindfulness para aplicaciones médicas y terapéuticas.

Hoy en día el mindfulness se ha extendido ampliamente, se enseña y practica en colegios, hospitales, empresas y comunidades, y su validez y aplicaciones es cada vez más respaldada por la investigación científica.

Beneficios para principiantes:

Reducción del estrés:  Al enfocarnos en el momento presente con una actitud mindfulness, aceptamos nuestras experiencias sin juzgarlas y encontramos un espacio para la calma y la compasión, de esta manera gestionamos la reactividad emocional y mental ante situaciones que nos generan estrés.

Mejora la concentración: El mindfulness nos entrena para enfocarnos en el presente, ayudando en la mejora de la concentración y claridad mental. Además, nos ayuda a reducir la mente errante, aprendiendo a redirigir nuestra atención cuando la mente divaga.

Bienestar emocional: El mindfulness nos ayuda a reconocer y aceptar nuestras emociones sin juicio. Al estar presentes, nos conectamos mejor con los demás, permitiéndonos cultivar relaciones más significativas con los demás, abriendo nuestro corazón a la compasión.

Fundamentos Básicos:

La Respiración Consciente: Dirigimos nuestra atención plena y consciente hacia nuestra respiración.

Observación de los sentidos: Guiamos nuestra atención plena a los diversos estímulos sensoriales.

Aceptación y No juicio: Observamos nuestras experiencias presentes sin juzgarnos ni reaccionar ante ellas de manera automática

Superando Obstáculos

Cuando estamos comenzando nuestro camino en la atención plena, suelen surgir ciertos desafíos y obstáculos, lo importante es recordar que cada uno de estos desafíos son una oportunidad de crecimiento, la práctica constante es el mejor aliado para ir mejorando nuestra experiencia.

Los principales desafíos son:

Las expectativas:  A menudo, esperamos resultados inmediatos o una experiencia profunda en cada sesión de mindfulness.

Cultivar la paciencia es clave, el mindfulness es un proceso gradual, es mejor enfocarse en la práctica constante sin expectativas excesivas.

La resistencia al dolor:  A veces, enfrentamos emociones incomodas o dolor físico durante la práctica.

Busca una postura cómoda y ajusta posición si es necesario para relajar, pero es importante aceptar las sensaciones sin juicio. En el caso de las emociones dolorosas, otórgales un momento sin aferrarte a ellas, observa como cambian con el tiempo, aferrarte prolonga el sufrimiento.

La dispersión mental: Es natural que nuestra mente genere pensamientos, cuando estamos en una práctica nos encontraremos con que nuestra mente divaga constantemente, nos distraemos con pensamientos y preocupaciones.

Busca la amabilidad contigo mismo/a. Cuando notes la dispersión, suavemente redirige la atención hacia el momento presente y objetivo de la práctica.

Práctica de Atención Plena en los pensamientos (10-15 minutos)

Busca un lugar tranquilo y siéntate cómodo/a,

sigue una respiración consciente y tranquila

Observa tus pensamientos a medida que surgen, sin juzgarte ni apegarte a ellos. Permíteles venir y marcharse como nubes en el cielo, no te involucres en la historia de los pensamientos, simplemente obsérvalos con curiosidad y suéltalos.

Reflexiona en esto “La mente solo es un punto que se pierde ante la majestuosidad e infinitud del Universo que Soy”

Dirige tu atención a la respiración cuando te des cuenta de que te has perdido en tus pensamientos y con una calma amorosa vuelves sobre tu práctica.

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